
A menudo trabajo en sesión con mujeres que han sido víctimas de infidelidades. Y digo “víctimas” porque en ocasiones las consecuencias emocionales son graves. No solo enfado, rabia, ira, celos o sentir que se “rompen por dentro”, también pueden sufrir insomnio, asma, problemas digestivos y ataques de ansiedad. Depende del caso y de la historia personal de cada uno. He llegado a trabajar con casos en los que estos dramas eran incluso heredados por l@s hij@s.
Así mismo, he escuchado mucho el comentario de que “las mujeres son igual de infieles y de golfas que los hombres”, pero mi experiencia profesional me hace pensar que:
1. Los hombres son más infieles que las mujeres, por mucha diferencia.
2. Las mujeres están más interesadas en una relación estable que los hombres, por mucha diferencia.
Para contrastar estas opiniones he encontrado un artículo de El Periódico que divulga una encuesta realizada por una marca de perfumes con feromonas líder en Europa y que muestra algunas conclusiones interesantes:
…::: ¿Relaciones estables?
Un 60% de las mujeres españolas prefieren relaciones estables, frente al 24% de hombres que se decantan por esta opción. El 27% de las mujeres buscan su “media naranja” mientras que tan sólo el 6% de hombres persiguen este ideal romántico.
…::: ¿Infidelidades?
El 80% de los hombres reconocen haber sido infieles en algún momento frente al 50% en el caso de las mujeres.
…::: ¿Herramientas digitales para ligar?
El 32% de los hombres que liga en Internet busca sólo sexo. En el caso de las mujeres el porcentaje es sólo del 8%. En esta interacción digital el 42% de las mujeres buscan una relación seria, mientras que en el caso de los hombres es sólo el 7% los que buscan algo serio.
No sé si en los tiempos de los trogloditas ya era así, lo que sí sé es que cada vez más estudios alarman de que en estos tiempos modernos de facebook e Instragram, si bien el uso de Internet es comunicativo, éste viene también acompañado de un incremento de la depresión y la soledad. Por eso estar en pareja (sanamente y con acuerdos consensuados en cuanto a la fidelidad y el respeto) puede contribuir a nuestra estabilidad emocional.