Algo se muere en el alma cuando un amigo se va


Un amigo o un familiar, cuando cualquier ser querido se va de este mundo algo se nos muere en el alma por eso los duelos sin resolver son parte de los conflictos más distorsionadores por los que podemos llegar a pasar las personas.

La pregunta que muchas disciplinas psicológicas se hacen es: «¿cuánto dura un duelo?», y aquí muchas teorías entran en juego, incluso creencias. Un año aproximadamente, entre 6 meses y dos años, entre uno y tres años, etc… en la España de antaño se llegaba a culpabilizar socialmente a las viudas de las muertes de sus maridos y en muchos casos se las obligaba a estar de luto y vivir el resto de sus vidas en el más hondo cautiverio y amargura. En Camboya, sin embargo, hoy en día la minoría étnica Jemer celebra la despedida de un ser querido con una gran fiesta. Es una cuestión de diferencias culturales.

Con técnicas de integración emocional podemos decir que un duelo dura lo que tarde el cerebro en integrar la información de la pérdida. Ciñéndonos al caso de España, el hemisferio derecho (emocional) vivirá la pérdida del ser querido desde la tristeza más profunda, la culpa o incluso la ira… la emoción será tan intensa que bloqueará al hemisferio izquierdo (racional) dejando inactiva la aplicación de la lógica por tiempo indefinido.

Por tanto a partir de aquí el propósito del proceso terapéutico será sincronizar ambos hemisferios, liberando el pensamiento lógico. Así, la persona que ha sufrido la pérdida podrá razonar y entender que «a veces la vida es así, con sus momentos alegres y sus momentos tristes», que es importante «aceptar la situación» y «seguir adelante» con nuestras vidas, aunque en un principio no sepamos cómo hacerlo. Es decir tal y como pensaríamos si dejáramos pasar un tiempo largo, por ejemplo, tres años.

Sin embargo debido a que la psicología evoluciona con el mundo, este proceso puede darse actualmente en una sesión de una hora. Aunque suene difícil de creer. La pérdida será integrada por ambos hemisferios y se aceptará de forma sana y natural.

Otra cosa es que a nuestro entorno le parezca bien y políticamente correcto que superemos el fallecimiento de un ser querido en una hora. Si a la semana siguiente de haberse muerto tu marido en un accidente de tráfico te vas a ligotear a una discoteca probablemente te señalarán con el dedo; si lo hicieras tres años más tarde sería socialmente aceptado. Pero ese es otro tema, un tema cultural.

Mariano de los Santos

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