
Una buena batería de preguntas sería: ¿qué es aquello que estás haciendo bien en este momento y no te estás dando cuenta? ¿qué fortaleza tienes que no estás sabiendo identificar? ¿Con qué puntos fuertes podrías combatir tus puntos débiles actualmente?
En eso consiste, en esencia, el trabajo de un coach. Los coaches debe entrenarse en estas tareas y una buena forma de hacerlo es aprender a eliminar el juicio a la hora de ver a los demás. El juicio en un sentido negativo, quiero decir. A fin de cuentas ver a la otra persona en sus posibilidades, en su potencial, en su grandeza… es quizá una forma de juicio aunque en positivo.
En una sesión de coaching partimos de una serie de creencias en positivo, de unas presuposiciones.
No te conozco, pero creo que tienes un buen corazón, sólo hace falta hacer el trabajo adecuado para que conectes con él.
Puede que te hayas equivocado, pero creo que haciendo el aprendizaje adecuado puedes encontrar el camino que te lleve a superarte.
Puede que ahora mismo estés pasando por una situación de dificultad y te sientas perdid@, pero creo que haciendo el trabajo adecuado puedes encontrar estrategias efectivas para salir adelante.
Es entonces cuando aparecerán los obstáculos internos, los frenos de mano. ¿Cuáles son los obstáculos más comunes que nos impiden identificar nuestras fortalezas en una situación determinada? Nuestras inseguridades, nuestros miedos, nuestros sentimientos de culpa y, en esencia, nuestras heridas emocionales que aun no han cicatrizado.
Eso sí, cuando en sesión de coaching liberamos esos obstáculos… entonces la persona tiene el camino libre y el semáforo en verde para dirigirse, dando un paseo, hacia sus metas.
Y esto es aplicable tanto a nivel individual como colectivo.
Mariano de los Santos